Estos 37 vienen en un momento muy tierno para mí.
Un momento mágico, lleno de consciencia y de sabiduría. Un momento de gran belleza y amor.
Pues los 36 me han dejado con un montón de ciclos cerrados, sacudiendo con fuerza este corazón y sobre todo dejándome atónita a la par que satisfecha con tanto cambio. He sabido encajarlos, he tenido la fuerza suficiente para sobrellevarlos, para disfrutarlos y para saborear cada momento por amargo y frágil que fuera.
Me han dado mucho estos 36 que se acaban. Y empezamos de nuevo y de cero. Siento que algo ha muerto en mí y que empieza una nueva aventura en mi vida. Una aventura que se irá desvelando poco a poco a lo largo de estos 366 días que vienen regalados hacia mí.
¡Con qué ganas os recibo 37!
No os lo podéis ni imaginar lo feliz que me siento de acogeros entre mis brazos para no soltaros más. Al menos no durante el próximo año.
Así que tengo toda una vuelta al sol de nuevo para disfrutaros, para que me embeleséis y para que me enseñéis tanto...
Sé que venís en son de paz y con mucha calma y lo agradezco, atrás dejo los sinsentidos y el aceleramiento para poder ir poco a poco y paso a paso por el sendero que me toca, no sólo el del auto-descubriemiento, el auto-amor sino el de los nuevos comienzos y las nuevas aventuras que asoman por las laderas amenazando con ser increíbles, poderosas y transformadoras.
Así que aquí estoy, esperando a que se ponga este último sol para dar la bienvenida a un año que será el inicio de una nueva yo que ya se está destapando.
Y a la que abrazo con fuerza y mucho amor.
Felices 37, ¡venid! Os espero con ilusión....
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