29 dic 2020

CIAO 2020 - ¡UN AÑO PARA NO OLVIDAR NUNCA!

 



A las puertas de cerrar este 2020, ya sabéis que me gusta parar y hacer balance. 

Ha sido un año cuanto menos RARO. Todos estaréis de acuerdo. El 2020 se ha llevado muchas cosas maravillosas: proyectos, sueños, personas... Pero me ha traído otras tantas igual de increíbles, sino mejores. 


Me esperaba un 2020 lleno de viajes, personas desconocidas, encuentros fortuitos, cenas, aire libre, risas, maletas, congresos, retos, bailes y mucha India... 

Pero en Marzo nos encerraron y con ellos nuestros anhelos y todos los planes. Aprendimos a valorar lo que tenemos, a mirar hacia dentro y sobre todo alrededor. Porque las cosas más valiosas son las que tenemos cerca y a veces no nos damos cuenta. Y nos vamos en busca de “noseque” a otros países e incluso a otros continentes atravesando océanos enteros... Y pese a que lo pasemos mal fuera del hogar seguimos luchando por no dar nuestro brazo a torcer y reconocer cuan bien se está “en casa”, entre los tuyos... 


¿Qué es eso de echar de menos a tu gente pudiendo estar con ella? 

¿Qué tenemos que demostrar al mundo y sobre todo a nosotros? 


Este aprendizaje tan potente no sólo me lo enseñó el encierro forzado, sino también mi ex-compi de piso. Eso fue lo que vino a hacer en mi vida. A dar valor a mi hogar, a mi gente, a mi familia, a mis amigos y a mi casa....  


¡Gracias infinitas! Una joya preciosa que dejaste en mi corazón. Namaste alma bonita. Ojalá encuentres tú también el camino. 

 

Y solté a mi India querida. Mi refugio. Mi evasión. Aunque volveré pronto seguro. Aunque ya no serás la misma porque yo ya no seré la misma. Te querré siempre bonita a ti y a esa Charo que te descubrí allí. 

Y soltar me trajo mucha alegrías este 2020. Soltar y aceptar y reconocerme y perdonar y seguir avanzando. 

 

Este 2020 me ha devuelto la montaña, mis entrenos, mi correr, y (sorprendentemente) la bicicleta de montaña que no pude vender. Volvió a mí como vino la primera vez en símbolo de rebeldía, de amor, de libertad... 


¡Y qué grande poder tener con quién compartirla! 


2020 me devolviste mis ganas, mi poder y mi reconocimiento y valía... Aquí es donde tengo que estar con personas maravillosas que comparten momentos de vida conmigo... La familia que yo escojo (ya sabéis). 

Alejó de mí a personas que me hirieron pero que me enseñaron mucho... También apartó a quien ya hizo su labor en mi vida. Gracias a todos... Grande... 

Pero lo más maravilloso que trajo a mi vida este 2020 es un sentimiento que no se puede describir. El amor. Se ha elevado exponencialmente hacia el infinito en muchas formas.... 

El más importante el auto amor, el respeto hacia uno mismo y el auto perdón.... Eso me ha dado unas alas enormes con las que vuelo cada día hacia mi presente. 

 

El amor hacía los demás, respetarlos y ver sus cosas buenas, porque todos las tienen. 

 

El amor a mi gente, mi familia, la de sangre. Este 2020 me ha enseñado cuanto os quiero y teneros lejos físicamente me hace teneros cerca día a día en mi corazón. Cuando todo esto pase, terapia de achuchones para todos. ¡Fijo! 

 

Y volver a creer en el amor romántico. Enamorarme como una adolescente (con la experiencia de un adulto viejin que sabe más el diablo por viejo que por diablo). Esos encuentros que no esperas y que te desbordan de alegría de forma mesurada. No es un arrebato infantil sino un amor maduro que te descoloca pero te resitúa a parte iguales.... La daría las gracias a mi pareja por entrar en mi vida pero, en realidad, las gracias me las doy a mi misma por haber evolucionado y haber permitido a mi corazón volver a sentir de esa manera, sin miedos.  

 

Que el amor entre a tu vida no es cosa del destino ni del azar, es cosa del trabajo personal que hace uno mismo consigo mismo. Y me siento agradecida hasta el infinito por todo el camino recorrido y por poder compartir desde el corazón sin miedo con la persona que yo elijo. 

 

Así que pese a ser un año “perdido” para mí es un año invertido. Un año de calidad que quiero recordar con cariño en mi corazón para siempre. El año que nos redescubrimos, que nos aceptamos y que potenciamos quienes somos desde la esencia.  

El sufrimiento y la desdicha siempre están conviviendo con la alegría y la felicidad. De nuestra mano está saber con quién bailar en cada momento... Y aceptar que a veces hay que bailar con la pena y la desdicha... Pero su aceptación y reconocimiento, las transforman de forma inmediata en alegría... 

Somos afortunados, estamos vivos y experimentando celestialmente esta magia en la Tierra. 

 

Así que 2021 ponte las pilas que te han dejado el listón alto. Revoluciónanos y redescúbrenos un nuevo compartir y vivir... Que ya se nos había olvidado... 

 

Feliz final de ciclo 2020 y feliz entrada de nuevo ciclo 2021. 


Seguimos...   


No hay comentarios:

Publicar un comentario